[1] Los restos se vieron envueltos en discusiones acerca de la relación entre los derechos religiosos de los nativos americanos y la arqueología.
En febrero de 2004 la corte decidió que aún no se encontraba un enlace cultural entre las tribus y los restos, permitiendo realizar más estudios científicos.
UU. Algunos aseguraban que el esqueleto, de más de 9.000 años de antigüedad, estaba relacionado con los pueblos indígenas de Japón o Polinesia, otros afirmaban que tenía rasgos caucásicos, y unos más hasta afirmaban que pertenecía a los pueblos nórdicos vikingos.
"Concluimos basados en comparaciones genéticas que el hombre de Kennewick muestra continuidad con los nativos norteamericanos durante al menos los últimos ocho milenios".
En forma concluyente, el haplogrupo del cromosoma Y hallado resultó ser el Q-M3, característicos y predominante entre los pueblos Indígenas de las Américas.