La línea divisoria entre honne y tatemae es considerada de suma importancia en la cultura japonesa.
Honne y tatemae son posiblemente una necesidad cultural resultado del importante número de personas que vive en una isla relativamente pequeña.
Para esta razón, el japonés tiende a esforzarse mucho para evitar conflictos, especialmente dentro de grandes grupos.
Estereotipadamente, el protagonista tendría que escoger entre el llevar a cabo sus obligaciones familiares o seguir un amorío prohibido.
Al final, la muerte sería la única manera de resolver el dilema.