[1] La cofradía se unió a la de los Mártires alrededor del año 1481.
Tenía su capilla en la calle que más tarde se llamó calle de Santiago, frente a la iglesia de San Felipe Neri.
Se mantuvo vigente hasta principios del siglo XX.
En la regla que se escribió en 1571 se decía que el mayordomo de la cofradía tenía la obligación de acompañar a los moribundos ayudándolos a bien morir.
Por otra parte, las normas se ocupaban de asuntos más terrenales, como la limpieza y la higiene según la recomendación del obispo Esteban de Almeida que sugería alejar las letrinas de las salas donde se encontraban los enfermos y que las camas tuviesen sábanas.