El Hotel Miami en Torremolinos, edificio construido entre los años 1948-1960, es considerado como uno de los grandes pioneros del fenómeno turístico.
Para ello, cuenta con la inestimable ayuda de su gran amigo y pintor, Manolo Blasco, el cual se vuelca desde el principio en el proyecto, construyendo una pequeña villa de estilo andaluz-morisco, con un gran salón, donde su amiga pudiera recordar sus raíces y hacer lo que más le gustaba: bailar flamenco.
Aquí se casaba con un italiano, junto al cual había regentado un hotel en Deauville y otro en París.
Aunque soñaba con volver a su país de origen, no pudo hacer realidad su sueño hasta que, unos años más tarde, se reencontró con Lola Medina y adquirió la propiedad.
En 1957, abre sus puertas el Hotel R. Miami, con cuyo nombre se quiso representar el progreso y el fin de la era franquista.