[2] Es un plato que se sirve caliente en la propia cazuela de barro.
[3] En una cazuela de barro (o cualquier otro recipiente refractario) se estrellan unos huevos crudos con las yemas bien separadas.
[4] Se suele añadir al plato espárragos verdes o guisantes.
A veces la fantasía del cocinero añade otras hortalizas: habas, judías verdes, calabacín.
Todo ello se mete en un horno y se deja que los huevos cuajen, por regla general esto pasa al cuarto de hora (a ciento ochenta grados).