Al descomponerse la madera, la porosidad del suelo se incrementa, lo que le permite almacenar agua como "si fuera una esponja", beneficiando a las plantas cercanas.
Suelen ser más fáciles de mantener debido a su altura relativa por encima del terreno.
[3] En sus formas básicas, los montículos son construidos apilando troncos, ramas, restos vegetales, compost y tierra adicional directamente en el suelo o en una zanja poco profunda.
Aunque su construcción es sencilla, la planificación es necesaria para evitar las pendientes empinadas que darían lugar a la erosión.
[8] En su libro Desert or Paradise: Restoring Endangered Landscapes Using Water Management, Including Lake and Pond Construction, Holzer explica un método de construcción Hügelkultur incluyendo un diseño que incorpora basura como cartón, ropa y residuos de cocina.