[2][6] Gualterio de Montbéliard fue un fiel regente, aunque severo y codicioso, enriqueciéndose durante la regencia.
Parece ser que marcó mucho el carácter del joven rey.
[7] El rey, lleno de vergüenza, confiscó sus bienes y lo exilió.
Un conflicto sobre el nombramiento de obispos le enfrentó al papa Inocencio III, aunque al final cedió y permitió la libre elección en los capítulos.
Posteriormente fue trasladado a la Iglesia de los Hospitalarios en Nicosia.