La retribución del alguacil comprende varios elementos, algunos de los cuales están regulados.
Bajo la Pax Romana, se recurría a los llamados «oficiales» con el fin de aplicar las decisiones tomadas por los jueces.
Dependiendo de sus funciones, los oficiales tenían distintos títulos, destacando entre todos ellos, los apparitores y los executores.
En la Edad Media, surgieron diferentes jurisdicciones (señoriales, eclesiásticas o reales), que pronto necesitaron agentes jurados con autoridad suficiente para ejecutar sus decisiones.
Tras la Revolución Francesa, un decreto del 22 Termidor del año 8 obligaba a cada tribunal, por medio de un aviso, a indicar el número de agentes judiciales que necesitaba, lo que permitía al poder central controlar esta categoría profesional.