Los períodos de ante preparación y preparación del concilio se habían realizado en secreto tras el anuncio que el Papa había hecho a los cardenales en un consistorio también secreto.
La noticia se había filtrado a la prensa pero los preparativos posteriores (consultas a los obispos, formación de las comisiones preparatorias y elaboración de propuestas de esquemas) se habían ido desarrollando con discreción.
La situación difícil del mundo unido a la vitalidad de la Iglesia son el contexto que el Papa ofrece para la celebración del Concilio.
Menciona que se trata de una iniciativa personal:
Juan XXIII además recuerda los pasos dados hasta entonces para la preparación del concilio y anuncia solemnemente: