Produjo grandes daños en las Antillas Menores y Cuba, pero los impactos fueron mínimos en los Estados Unidos.
[1] El 22 de agosto, perdió intensidad y se debilitó a una tormenta tropical.
[2] La tormenta luego degeneró en una onda tropical,[2] y se movió al oeste-noroeste La Española.
El 24 de agosto, vuelve a entrar en el océano Atlántico, y la depresión tropical Baker cruzó la costa oriental de Cuba a principios del día siguiente.
[2][1] La presión central estimada al tocar tierra fue de 980 mbar.