I (pronombre)

Esta práctica quedó completamente asentada al introducirse el tipo móvil a mediados del siglo XV, momento en que también se consideró su conveniencia por motivos de legibilidad.

[cita requerida] Su predecesor «ic» se había originado, por su parte, en los derivados de las formas proto-germánicas «ik», y «ek»; «ek» está atestiguada en las inscripciones en Futhark antiguo (en muchos casos, en forma de la variante «eka»; véase, también, ek erilaz).

Sus homónimos germánicos son: antiguo frisón ik, nórdico antiguo ek (danés, noruego jeg, sueco jag, islandés ég), antiguo alto alemán ih (alemán ich) y gótico ik.

La raíz proto-germánica viene, a su vez, del proto-indoeuropeo (PIE).

El pronombre reconstruido es *egō, egóm, cuyos homónimos serían el sánscrito aham, el hitita uk, el latín ego, el griego ἐγώ egō y el proto-eslavo azъ.