El título, destacado en mayúsculas en un recuadro amarillo (Ia Orana Maria), hace referencia al saludo del arcángel Gabriel a la Virgen María.
Dos mujeres tahitianas en actitud de oración observan a María y el Niño Jesús coronados con aureola.
La presencia de los frutos exóticos en primer plano son más una ofrenda pagana que cristiana.
La posición del niño sobre un hombro de la madre resulta extraña e improbable.
Gauguin quiso dar el cuadro al Museo de Luxemburgo, pero el conservador Léonce Bénédite lo rechazó con desprecio.