[1] Atendiendo a sus características se puede definir un iberulito como una coasociación[nota 1] con geometría axial, constituida por granos minerales bien definidos junto con componentes no cristalinos, estructurados en un núcleo de grano grueso y una corteza esmectítica, con un único vórtice y color rosáceo (figura 2), que se forman en la troposfera por complejas interacciones aerosol-agua-gas.
El núcleo presenta una mineralogía formada principalmente por granos de cuarzo, calcita, dolomita y feldespatos.
La corteza está constituida por minerales de la arcilla, principalmente esmectitas (beidellita, montmorillonita) e illita, sulfatos, cloruros y cuarzo amorfo.
Ya que los exoesqueletos biogénicos no tienen signos de corrosión, se han debido incorporar después del ataque ácido antes descrito, y probablemente al mismo tiempo que las sales marinas.
Estas plumas afectan a la península ibérica durante los meses cálidos, de mayo a septiembre, inducidas por la actividad anticiclónica estacional, y sólo se producen esporádicamente en primavera y otoño.