Su planta es rectangular, con ábside poligonal, y presenta en el muro de la epístola diversas construcciones adosadas.
La torre se encuentra exenta, separada del templo, distante de éste unos 10 metros.
En el muro aparecen las correspondientes ménsulas donde asientan las vigas transversales con idéntica forma a los capiteles citados, pudiéndose pensar que se trate de piezas reutilizadas.
Al igual que la anterior, cuenta con un pórtico de protección sustentado por columnas graníticas.
Sobre ella se localizan dos de los escasos vanos con los que cuenta el templo: una ventana adintelada, enmarcada en sillería y un pequeño óculo.
Tales voladizos se apoyan sobre pilastras adosadas a los pilares de la nave que se rematan en capiteles renacentistas con volutas sobre los que descansan ménsulas rematadas también en volutas con decoración de rosetas en su frente.
El primer tramo presenta un dibujo romboidal, único en la comarca, mientras el fondo del ábside ordena sus nervaduras en forma estrellada.
Ambos espacios llevan claves, con blasones sin labrar, y sus nervios apoyan en ménsulas que transmiten sus empujes a seis estribos exteriores de cantería, muy robustos.
Éste probablemente sea la sacristía primitiva, edificada a fines del siglo XV, dada la presencia de una pequeña ventana con arco conopial que se abre en el muro sur.
Y desde esta estancia se accede a la sacristía actual, cubierta por una bóveda de lunetos, añadida en el siglo XVII o XVIII.
Por último, la Capilla de Luis Prieto se configura como una pequeña construcción cuadrada, ejecutada enteramente en sillería a diferencia del resto del templo, y cubierta con bóveda de crucería cuatripartita con clave central.
En ella puede leerse: y aparece adornada con un navío en alusión a la profesión que ejerció éste antes de ser clérigo.
De hecho, los pequeños vanos que se abren en la construcción para iluminar la escalera interior han sido entendidas como saeteras.
Sin embargo, el cuerpo inferior de la torre parroquial no es sino el primitivo campanario del templo edificado a fines del siglo XV, cuyos huecos para las campanas fueron tapiados en el siglo XVI, aunque sus huellas pueden apreciarse en algunas de sus cuatro caras.
De esta época data también la primera sacristía, como nos indica el arco conopial en el que se abre su ventana.
Como corresponde al más genuino estilo barroco, los elementos decorativos inundan todas las estructuras a base de carnosas formas vegetalistas, elementos geométricos tales como las ces, entelados, guirnaldas, festones, veneras y motivos por cuya ductilidad curvilínea podemos considerarlos como prerrocallas.
Al centro del banco se sitúa el sagrario, concebido a manera de templete, soportado por estípites, que apoyan en ménsulas muy elaboradas, cuyo frente tiene un relieve con la imposición de la casulla a San Ildefonso.
Se trata de un grupo escultórico formado por seis tallas en cuyo centro figura la imagen de Jesús mientras que, a su derecha, el Profeta Elías sostiene un libro abierto donde leemos “TIME TE DEUM SEMEN EST VERBUN DEI GESOU” y, a su izquierda, Moisés porta las Tablas de la Ley con la inscripción “QUIS SICUT DEUZ PREZEPTA LEXIX DEI SUM DEZEM, PRIMO AMARE DEUM”.
Destaca su rica policromía en la que, junto al azul, se emplean tonos blancos, amarillos, verdes y marrones.