Probablemente fue construida por el rey Olaf III de Noruega, aunque algunas fuentes sugieren que la construcción podría remontarse a la primera mitad del siglo XII.
Se trata de una basílica románica con coro, capilla lateral, ábside sin transepto.
A consecuencia de su ruina, se decidió demolerla, pero la intervención del municipio lo evitó.
La restauración del exterior, que incluyó una nueva torre, se otorgó a los arquitectos alemanes Heinrich Ernst Schirmer y Wilhelm von Hanno en 1861.
La restauración del interior no se realizó sino hasta el siglo XX, entre 1950 y 1955.