En el siglo XX el viejo cementerio parroquial, ubicado detrás de la iglesia, había llegado a su capacidad máxima.
Como resultado, empezó su traslado a un nuevo lugar unas cuadras más al sureste, formándose así el actual Cementerio de La Magdalena.
El interior estaba estructurada por tres naves y un crucero, mientras que por fuera era de ladrillo descubierto.
[1] Con este fin se destruyeron las tres naves, los arcos, las bóvedas y el techo del templo.
Por encima del rosetón se aprecia un frontón blanco también decorado con cardinas y rematado por una cruz.