Aunque desconocemos la fecha exacta de su construcción, las obras se debieron iniciar a finales del siglo XVI, quedando finalizadas en las primeras décadas del siglo XVII, coincidiendo con la construcción del anejo convento del Císter.
En la actualidad es el único templo cristiano que se conserva en Guadalcázar, aunque debió coincidir en el tiempo con otra iglesia a la que se refieren algunos textos antiguos como «la iglesia vieja»,[1] que se correspondía probablemente con la iglesia del convento de Ntra.
de la Caridad, de los Carmelitas Descalzos, hoy ya extinto.El aspecto que presenta actualmente su fachada es fruto de una reforma de 1968, que eliminó todos los elementos decorativos anteriores, y poco después, en 1972, se sustituyeron por completo las cubiertas.
En 2019, se realizaron las más recientes obras de conservación y mantenimiento.
[3] Realizado entre 1616 y 1620 por Felipe Vázquez de Ureta y Juan Bautista de Botada, el retablo consta de tres calles sustentadas en un banco, dos cuerpos y un ático.