En este mismo año se sabe que estaba hecha la Capilla Mayor, la sacristía, las dos portadas laterales y los cimientos de la torre.
Llegada la posguerra, se realizarán los grandes vanos circulares sobre las puertas laterales del templo.
En la nueva techumbre se fijaron las vigas de madera a estructuras metálicas.
Cuenta con ventanas de medio punto abocinadas y con contrafuertes que se elevan hasta la cornisa, rematados con pináculos.
El presbiterio, se cubre con cúpula semiesférica sobre pechinas iluminado a través de una linterna.
El retablo se cubre, en su totalidad, en la parte superior, con pequeños cuadrados en fajas verticales con decoración de florones.
Todos ellos están realizados en lienzo, mientras que los del banco o predela son pintura sobre tabla.
El Manifestador, realizado también en madera dorada, consta de ocho columnas estriadas y con elementos repujados.
A lo largo de sus paredes se sucede el Vía Crucis que fue donado por Antonio Ferri y su esposa Clara Manchado.
Por último, la pila bautismal, realizada en mármol, en cuya base se representan cuatro flores de lis.
José Roldán” y, en el friso “ADOREMUS IN AETERNUM SANTISIMUM SACRAMENTUM”.
Presidiendo el retablo se encuentra la imagen de la Inmaculada, con las manos cruzadas en actitud de oración y el manto al viento sobre nubes y angelotes, realizada en tamaño natural en 1940 por Eduardo Pino.
En la puerta, se labró la alegoría del divino Pastor, con una oveja a sus hombros y otras dos a sus pies, debajo dos ciervos símbolos de la Eucaristía y, en los extremos doble columnas, en cuya parte superior aparecen los Evangelistas.
Al exterior está decorada con un vano ovalado cegado y con gárgolas en la cornisa.
Colateral al retablo mayor y también ejecutado por las mismas manos, Antonio Martín Martínez, se dispone el retablo del Sagrado Corazón de Jesús, con plinto sobre el que se colocan dobles parejas de columnas corintias con fuste estriado en su tercio superior y con decoración vegetal en la parte inferior.
Según los estudios realizados por Carmelo Solís Rodríguez, la tabla no pertenece a Luis de Morales.
Cuenta con un pequeño retablo de tipo neobarroco labrado en 1943, en Madrid, que alberga un cuadro con la Virgen del Socorro.
Sería Miguel Torres de la Laguna quien mandó realizar la reja a los Pineda en 1928.
La reja se decora, en su parte superior, con los escudos de la familia labrados en el metal entre los roleos del copete.
La talla de la Virgen fue ejecutada por el escultor valenciano Mariano Benlliure y costeada por suscripción popular en 1943.
La capilla también cuenta con la escultura en bulto redondo de san José con el Niño.
Esta representación formaría parte de un altar completo que estaría ubicado en el lugar que ocupa actualmente la tabla de la Virgen con el Niño y San Juanito.
[1] Junto a los valores históricos -artísticos del templo, existen bienes muebles en el interior que igualmente están protegidos.
Bienes igualmente protegidos en el interior del templo son la Custodia, la pila bautismal, El Retablo Mayor y la obra de Luis de Morales “La Virgen con su Hijo y San Juan niños”.
Sobre los pintos, se elevan pares de columnas corintias de fuste liso y capitel profusamente decorado que sustentan un frontón curvo partido, en cuya parte central, se abre una ventana adintelada y decorada a su vez con un frontón triangular rematado por una cruz.
La espadaña cuenta con volutas como elementos decorativos en los extremos, seguidos por pináculos y en el centro un pedestal que alberga una cruz de hierro.
[1] En el ángulo sur-occidental, se encuentra la torre de estilo barroco herreriano.
Su fecha de construcción corresponde a la tercera década del siglo XVII.
La franja del friso se decora con puntas de diamante y cuadrados.
Sobre la puerta, se sitúa un vano semicircular que da luz al interior de la iglesia.