Fue construida por el arquitecto turolense, Juan Pérez Castiel, siendo una elaboración original de este, durante la segunda mitad del siglo XVII.
Sobre la sacristía vieja, al lado del evangelio, se encuentra el llamado «coro», lugar donde se ubicaba el órgano, desaparecido durante la guerra civil.
La fachada es un paramento plano rematado por la cornisa y espadaña, con su campanil, en el centro.
La portada, accesible subiendo por una escalinata de piedra, es de piedra caliza y se compone de unas pilastras laterales que soportan un entablamento sobre el que se sitúan pináculos piramidales con bolas y un edículo con frontón curvo con venera en su interior.
En la iglesia también trabajaron el escultor Domingo Cuevas que realizó el retablo, hoy desaparecido, y José Mínguez a quien se atribuye el campanario.