Está dedicada a la Virgen del Pilar y en ella se encuentran diversas obras de valor escultórico, en especial del autor local José María Sánchez Lozano.
Tras la conquista árabe, Teodomiro pactó con Abd Al Aziz ibn Musa.
En el año 1616 se alzaba en este mismo lugar una ermita venerada al Sagrado Corazón de Jesús.
Dado a su estado ruinoso se derribó en 1745, para comenzar la construcción de un nuevo templo.
La nave principal está rodeada por 8 capillas laterales, en las cuales están distribuidas diferentes obras escultóricas de gran importancia artística.
Esta imagen procesiona el Viernes Santo y Domingo de Resurrección.
Procesiona el domingo siguiente al Corpus Christi con los niños que han recibido la Primera Comunión.
En esta planta la mayoría de las imágenes que se exponen procesionan en Semana Santa: 10.
Jesús Nazareno, obra de Manuel Ribera Girona del año 1957, desfila el miércoles Santo en la procesión del Encuentro en la Calle de la Amargura y el Viernes Santo.
En el arco superior de la puerta encontramos al Padre Eterno.
Representa el Misterio oculto de Dios a los hombres, que aún está por revelar.
La posición de sus manos coronando a la Virgen, representa por un lado la corona merecida que todo cristiano recibirá por su gran fe, esfuerzo y sacrificio en su camino hacia la santidad.
Su boca entreabierta exhalando representa el aliento divino que lo caracteriza como creador.
Bajo Dios encontramos a Nuestra Señora la Virgen del Pilar acompañada por dos ángeles.
Con la mano derecha abierta nos anima a recibir de Él la misericordia que Dios tiene con sus hijos, también representada en su mirada.
Los tres niños a su izquierda representan la humildad e inocencia que debemos tener para recibir esta misericordia suya.
Con este gesto Jesús muestra la necesidad de que el grano de trigo muera y sea triturado para luego dar fruto, al igual que la vid.
Vemos a Eva entablando conversación con la serpiente y esta con el fruto prohibido en la boca.
Adán mira hacia abajo con vergüenza y, al igual que Eva, cubre su cuerpo con las hojas representando la inocencia perdida.
En los extremos de las ramas encontramos a Caín y Abel, este último con los ojos cerrados, simbolizando que ya está muerto.
Con estos dos últimos personajes descubrimos la consecuencia del pecado, que nos lleva a la muerte y, a su vez, la necesidad del bautismo para limpiar este pecado original.
A los pies del niño encontramos flores, signo de la alegría (“hay más alegría en dar que en recibir”) y también un balón, recordando aquellos tiempos en los que Don Arsenio, antiguo párroco, jugaba al fútbol con los niños en la puerta de la Iglesia.
A sus pies encontramos cardos y ramas que impiden el caminar del niño, pero este supera los obstáculos del camino levantando el pie para no tropezar, simbolizando que el camino del cristiano está repleto de dificultades que con la ayuda de la Eucaristía se superan.
La cabeza del niño hacia abajo representa la contemplación y, por consiguiente, nos viene a decir que si desviamos la mirada de la Eucaristía tropezamos y caemos.
Al ser un ave marina debe sumergirse en las aguas para obtener su alimento y el de sus hijo, nos recuerda el momento del bautismo donde nos sumergimos en las aguas para luego renacer a la nueva vida y quedar limpios del pecado original.
La iglesia que contemplamos actualmente es obra del arquitecto Antonio Orts Orts, de planta rectangular con una sola nave, ocho capillas laterales y ábside.
En la fachada principal se aprecian dos cuerpos con celosía, frente a la cual se expone una copia de la Virgen del Pilar en marmolina, obra del escultor Sánchez Lozano.
De planta rectangular, está realizada en fábrica de mampostería y, al estar revestida exteriormente mediante ladrillo visto, nos recuerda el estilo neomudéjar.