En los laterales se abren tres capillas que forman los brazos de una cruz latina.
Está construido con ladrillo visto que crea formas decorativas de estilo neorrománico.
El templo se debe al arquitecto Joaquín Saldaña y López, quien comenzó a construirlo en 1926, concluyéndose en 1931.
Sigue el estilo historicista de inspiración bizantina.
Cuenta con un mosaico representando a los Santos Salesianos y Fundadores Españoles, obra de Santiago Padrós (siglo XX), en la cúpula central.