Un incendio destruyó, en 1936, el centro religioso, del que únicamente quedaron en pie la torre y los muros.
El exterior de esta iglesia se presenta con un muro de cerramiento, realizado con aparejo toledano y ladrillo, y en él se conservan algunas zonas con restos de antiguo enfoscado con dibujos.
Dicho muro está, en ocasiones, abierto por ventanas y óculos, de pequeñas dimensiones, que permiten iluminar el espacio interior.
Conserva una portada tapiada, resto de una antigua entrada al templo, por la nave de la epístola.
En la confluencia exterior del muro con la torre se conserva una ménsula con figura de ángel, que sostiene un escudo compuesto por dos cabezas de dragones, situados en los vértices, unidos desde la boca, por una barra.