La Iglesia de San Martín fue en su origen, siglo XV un edificio mudéjar.
Si bien debe su configuración actual a una serie de reformas acontecidas durante el siglo XVIII.
En una primera etapa constructiva se llevó a cabo la reestructuración del interior, formando así un edificio con tres naves, al que más tarde se agregó una cuarta.
El conjunto queda rematado por una torre, realizada también durante el XVIII, que termina en campanario.
El retablo mayor es de estilo neoclásico, y representa a san Martín, la imagen titular del templo.