Como la mayor parte de las iglesias románicas de Segovia, fue construida entre los siglos XII y XIII.
Contaba con un ábside sencillo orientado al sudeste.
Al sur del ábside se erguía la torre de planta cuadrada que sobresalía la altura de la iglesia y se remataba con un cuerpo con dos arcos por cada lado.
La torre se coronaba con un chapitel de pizarra.
La iglesia aparece descrita en Las calles de Segovia (1918) de Mariano Sáez y Romero, en el epígrafe dedicado a la plaza a la que dio nombre, con las siguientes palabras:[4]