La iglesia fue diseñada por el arquitecto Francisco del Castillo, que realizó numerosas obras en la zona como la fachada del ayuntamiento de Martos (1577), o la iglesia de Ntra.
Este factor fue uno de los más relevantes que, más adelante, permitió a Fernando III reconquistar las tierras del valle del Guadalquivir, entre las que se hallaba el Reino de Jaén.
El templo parroquial de San Pedro Apóstol es un claro exponente del Renacimiento.
El centro de esta parroquia lo constituye su amplio presbiterio, centro de la acción litúrgica, visible para todos y en el que sobresalen el altar y la sede.
Dos capillas se abren a los lados del presbiterio, ambas artísticamente decoradas con motivos propios del renacimiento en las bóvedas de medio cañón que las cubren.
Tradicionalmente se consideraron obra de un pintor local llamado Luis Ureña, pero algunos datos hallados a raíz de su restauración en 2018 permiten desmentir dicha autoría, pudiendo hoy atribuirse con seguridad a Esteban Perolli -en dicha restauración apareció su firma-, sobrino del pintor genovés Juan Bautista Perolli contratado por el marqués de Santa Cruz para decorar su palacio de El Viso del Marqués.