Desde entonces hasta la desamortización de Mendizábal estuvo integrada en el señorío territorial del monasterio.
Los muros primitivos, por tanto, fueron insuficientes, ya que el empuje de una bóveda es muy superior.
Esto pudo solucionarse construyendo estas arcadas como refuerzo de los muros originarios.
Una moldura a modo de guardapolvo recorrer todo el perímetro exterior del arco.
En medio del ábside hay una ventana aspillera, decorada en el exterior con un bordón con puntas de diamante.