Es un templo de estilo románico, erigido sobre un peñasco, sin cimentación.
En su interior conserva una cruz románica así como dos retablos góticos dedicados al santo titular y a San Martín.
Representan figuras de santos sin identificar, ángeles adorando al Agnus Dei, a San Miguel venciendo a un dragón o serpiente y un arcángel vestido al modo bizantino.
La iglesia es accesible mediante visita guiada previamente concertada.
Durante los meses de julio y agosto suele estar abierta en horarios de mañana y tarde; el resto del año, solamente durante el transcurso de los servicios religiosos que se celebran en ella.