Su fecha de fundación es desconocida aunque probablemente data del siglo X.
Esto supuso una importante transformación en su estructura ya que se eliminaron los ábsides.
En ese muro resultante se colocó la entrada y el altar mayor pasó a situarse en el antiguo pórtico.
Este capitel, obra del maestro Esteban, ha sido objeto de gran interés por su belleza y enigmática simbología.
En la década de los 60, con su párroco D. Alfredo Giménez se decidió mover el conjunto de pila y capitel, que estaba adosado a un muro y no podía contemplarse en su integridad, para exponerlo exento.