El inmueble actual tiene su origen en el siglo XIII y en el interior destaca su artesonado de madera.
[3] Convertida ya en ermita, existe constancia que el arco del presbiterio fue rehabilitado en 1542 y más tarde, en 1840, se acometieron otras reformas que quitaron "todo el tinte a las paredes".
Según el erudito decimonónico Fuentes y Ponte, los altares de la iglesia estaban dedicados a Santo Tomás, la Buena Estrella, la Aurora, los Santos Médicos o los Desamparados.
En el altar principal se veneraba una talla de Santiago datada en el siglo XV.
[5] De una sola nave con arcos transversales apuntados, es asimilable (aunque con diferencias) a modelos valencianos.