El edificio se erigió a principios del siglo XVI sobre el solar de la antigua mezquita que allí existió anteriormente.
En el año 1486 la fortaleza y la villa de Colomera son tomadas por los Reyes Católicos, quienes la entregan en señorío a don Fernán Álvarez de Toledo, el cual pronto manda levantar la iglesia y reconstruir el castillo, donde albergó una fuerte guarnición cristiana hasta la toma final de Granada.
Las portadas son de estructura clásica, muy sencilla la de los pies y más elaborada en su composición la lateral, que presenta un arco semicircular enmarcado entre columnas corintias de fuste estriado, entablamento con friso decorado, y frontón recto.
Aquí se muestra una notable decoración plateresca que incluye tondos con cabezas de santos en las enjutas, el escudo del arzobispo Fernando Niño de Guevara en el tímpano, y nuevo tondo superior sostenido por ángeles sobre el frontón.
Por sus indudables valores arquitectónicos y artísticos, la iglesia está catalogada como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento y así aparece publicado en BOE del año 1980.