Tras la caída de Mijas en manos castellanas, se expulsó a los antiguos habitantes.
Fue construida a iniciativa del obispo Bernando Manrique, sobre las ruinas de una mezquita y un castillo.
La capilla que se abre a la nave del Evangelio consta de una bóveda de arista y con decoración en yesería carnosa y abultada en la que se aprecian motivos florales como hojas de acanto y otras flores.
La siguiente capilla, la que abre al lado de la Epístola, se compone de bóveda semiesférica con medallón central y nervios canjeados con bandas y frutas.
La iglesia ha tenido que someterse a varios procesos de restauración, el más importante fue el acometido en 1992 y que afectó al tejado, el armazón y los tirantes de la iglesia.