Construido en estilo neoclásico moderno y consagrado en el año 1900, se sitúa en la calle Manuel Iradier de la capital alavesa.
Poco después, en 1901, se constituyó una comunidad de la Orden Seglar del Carmelo Teresiano.
La planta es de cruz latina, formada por tres naves de cinco tramos, siendo más elevada la central y dando distribución las otras dos a capillas laterales, más el transepto con crucero y la cabecera recta, la cual consta de capilla principal y capillas secundarias en ambos lados.
Las fachadas del exterior presentan aparejo mixto, con sillares para el zócalo del hastial principal, esquinas de los módulos -donde forman pilatras-, líneas de imposta y cornisamientos, y mampostería aparejada.
Toda la fachada del lado del Evangelio (meridional) está tapada por las dependencias conventuales, que incluyen diversas aulas, una moderna capilla aneja para la celebración de misas y un espacio hortícola al aire libre.
Si el exterior del templo se inspira básicamente en las formas neoclásicas, el interior recuerda más al barroco avanzado del XVIII, que imita con bastante precisión, llegando a transmitir la fábrica una sensación de antigüedad que no posee.
La cubierta del crucero consiste en una cúpula hemiesférica apoyada en pechinas decoradas con óvalos pintados al fresco, sin linterna y con cimborrio cuadrado en su exterior.
En los dos primeros tramos de las naves se sitúa, dispuesto en un ancho espacio, el coro elevado.
Las mazonerías fueron ejecutadas por talleres de artistas locales: Hijos del Sr. Murguía, Ramón Goicoechea y la Casa Sr. Larrea.