En un principio fue un poeta completamente abnegado y entregado a tal régimen, incluso fue parte de un discurso que se proclamó en 1838 para enterrar con honores a la pierna del presidente mientras luchaba en contra de las fuerzas francesas.
Todo había comenzado cuando el barón Antoine-Louis Deffaudis, fracasó en su propósito de obtener un tratado comercial favorable en 1827.
Mientras tanto, el conflicto entre México y Antoine-Louis Deffaudis siguió escalando al grado en que las negociaciones entre el almirante Charles Baudin que era ministro plenipotenciario para entablar pláticas con México y don Luis Gonzaga Cuevas, ministro mexicano de Relaciones Exteriores, se exigieron los 600 mil pesos del incidente de la pastelería más los 200 mil de gastos entre flotas francesas y mexicanas en el Golfo mexicano.
Don Ignacio Sierra y Rosso fue quien le dedicó unas palabras para honrar el miembro: "La Junta Patriótica me impuso la obligación de dirigiros la palabra en este momento solemne, y confieso sin rubor, que en las pocas horas que han transcurrido desde que recibí sus mandatos, trabajé inútilmente queriendo dar método al confuso tropel de ideas que asaltan todavía mi razón, porque su desconcierto es hijo del contraste de vivos y profundos sentimientos que ora desgarran mi pecho, ora lo llenan de un júbilo y alegría inesplicables.
En ocasiones, como la presente, es donde solo puede conocerse toda la estension, todo el valor de aquella sabida sentencia del sublime lírico de Venuso: ,,Dulce y decoroso, dijo, es morir por la patria;" y ya lo veis conciudadanos, dulce, muy dulce y decoroso es no solo morir por la patria, sino consagrarle cierto género de sacrificios como el que hoy celebramos con el mas puro entusiasmo.
¡Mil veces feliz el General Santa-Anna que pudo con su sangre derramada por la patria, comprar el amor de los mexicanos todos y merecer esas coronas cívicas que no queman la frente como las diademas de los reyes!
cuando el redoble del tambor, os anuncie que vais á partir al campo de la gloria, venid también aquí, contemplad esa urna, esos trofeos, esas armas nacionales, y partid después hacia el rumbo, donde el clarin os anuncie que podéis cortar laureles semejantes: y por último, vosotros, jóvenes que comenzáis la noble y brillante carrera de las armas, permitidme que os diga con el celebre Carnót, á la vista de los restos del valeroso Turenna: „Acercaos jóvenes, mirad ese monumento Si vuestros corazones no palpitan acelerados, si vuestros pechos no se abrasan con el fuego de un entusiasmo santo, desceñios esas inútiles espadas; vuestras almas no han nacido para la gloria."
Toma esa bandera tricolor, que en tu mano es emblema de la victoria, y condúcenos, cuantas veces sea preciso, al frente de los enemigos de la patria; añade todos los días nuevos resplandores á esa aureola de luz que te circunda; y aunque la guadaña voraz del tiempo destruya este y otros mil esplendidos monumentos que la patria consagre á tu memoria, tu nombre durará hasta el día en que ese sol se apague, y las estrellas, y los planetas todos, vuelvan al caos donde durmieron antes.—-DIJE.
Y también estuvo relacionado con María Guadalupe de la Luz Petra Rafaela Josefa Gómez Cacho.