Donizetti muestra en esta ópera su versatilidad, su deseo de cultivar los géneros más variados.
Noé, postrado, entona junto a sus hijos y sus nueras una plegaria a Dios para que no envíe el diluvio y pidiendo piedad para los hombres.
Sela intenta hacerlos desistir y decide retornar con ellos ante Cadmo, para que revoque estas órdenes.
Llega Cadmo y Ada le refiere que Sela está junto Noé no por su Dios, sino porque ama a Jafet, su hijo mayor.
Ella no obstante, ama a su marido Cadmo y se preocupa por su destino.
Jafet anuncia que los sátrapas de Cadmo están intentando incendiar el arca.
Noé y su familia están junto al arca, vigilados por los secuaces de Cadmo.
Aparece entonces Cadmo con su séquito y confirma el anuncio de Ada.