[1] Cultivó los géneros del relato breve y la ciencia ficción, la literatura fantástica y el terror, siendo estudiosa de las formas del simbolismo, e instructora de talleres literarios.
Sin embargo ella manifestó muchas veces haber tenido una infancia feliz.
En esa misma época asistió al taller del CELARG.
En 1986 comienza a escribir su primera novela ¡Alto, no respire!, que será finalista del Premio Rómulo Gallegos en 1999.
[8][9] Su libro Soñé que soñaba ovejas electrónicas, el cual se inspira en sus reflexiones sobre el mundo del tercer milienio y donde sostiene la tesis de que el ser humano es un robot que requiere grandes dosis de amor para poder seguir funcionando.