Los pesticidas son preparaciones químicas que se usan para matar las plagas de hongos o animales.
Con el tiempo, los pesticidas generalmente se han vuelto menos persistentes y más específicos de cada especie, reduciendo su huella ambiental.
[cita requerida] Además, las cantidades de pesticidas aplicados por hectárea han disminuido, en algunos casos en un 99%.
[5][6] La llegada de humanos a un área, para vivir o realizar agricultura, necesariamente tiene impactos ambientales.
El uso de productos químicos agrícolas como fertilizantes y pesticidas aumentan esos impactos.
[7][8] La preocupación por la ecotoxicología comenzó con eventos de intoxicación aguda a fines del siglo XIX.
Los estudios en animales se centran principalmente en peces, insectos, aves, anfibios y arácnidos.
La proximidad filogenética que existe entre las especies beneficiosas y las plagas dificulta la eficiencia de los pesticidas.
[33] Los pesticidas que se aplican a los cultivos pueden volatilizarse y pueden ser arrastrados por los vientos hacia áreas cercanas.
[34] Las condiciones climáticas en el momento de la aplicación, así como la temperatura y la humedad relativa, cambian la propagación del pesticida en el aire.
La baja humedad relativa y la alta temperatura dan como resultado una mayor evaporación por pulverización.
[39] Los pesticidas que se rocían en los campos y se usan para fumigar el suelo pueden emitir químicos llamados compuestos orgánicos volátiles, que pueden reaccionar con otros químicos y formar un contaminante llamado ozono troposférico.
Los estudios encontraron que el río presentaba "valores superiores a los límites establecidos de concentración" en trece parámetros, incluyendo excrementos, metales y plaguicidas.
Estas normas pueden emitirse para cuerpos de agua individuales o pueden aplicarse en todo el estado.
[54] El impacto total de los pesticidas en los microorganismos del suelo aún no se comprende completamente.
Muchos estudios han encontrado efectos nocivos de los pesticidas en los microorganismos del suelo y los procesos bioquímicos, mientras que otros han encontrado que los residuos de algunos pesticidas pueden ser degradados y asimilados por los microorganismos.
[59] La degradación y la sorción son factores que influyen en la persistencia de los pesticidas en el suelo.
Se ha demostrado que los productos químicos sorbidos son menos accesibles a los microorganismos.
Muchos de estos envases son reutilizados, almacenados en depósitos inadecuados, o quemados.
Los animales, incluidos los humanos, pueden ser envenenados por residuos de pesticidas que permanecen en los alimentos, por ejemplo, cuando los animales salvajes ingresan a campos rociados o áreas cercanas poco después de haber sido rociadas.
Por ejemplo, las aves pueden sufrir daños cuando comen insectos y gusanos que han consumido pesticidas.
[83] Cuanto más rápido se descompone un pesticida en el medio ambiente, menos amenaza representa para la vida acuática.
Los insecticidas son típicamente más tóxicos para la vida acuática que los herbicidas y fungicidas.
Los renacuajos de los estanques que contienen múltiples pesticidas tardan más en metamorfosearse y son más pequeños cuando lo hacen, lo que disminuye su capacidad de atrapar presas y evitar a los depredadores.
[88] El herbicida atrazina puede convertir a las ranas machos en hermafroditas, disminuyendo su capacidad de reproducción.
La exposición fetal al DDT reduce el tamaño del pene masculino en animales y puede producir testículos no descendidos.
[95] Los contaminantes orgánicos persistentes (COP) son compuestos que resisten la degradación y, por lo tanto, permanecen en el medio ambiente durante años.
Algunos pesticidas, como aldrin, clordano, DDT, dieldrin, endrin, heptacloro, hexaclorobenceno, mirex y toxafeno, se consideran COP.
Inicialmente, muchas plagas serán muy susceptibles a los pesticidas, pero después de las mutaciones en su composición genética se vuelven resistentes y sobreviven para reproducirse.
El manejo integrado de plagas causa menos daño a los humanos y al medio ambiente.