Como muchas familias irlandesas instaladas en España en la época, la suya perteneció al mundo de la burguesía de negocios, haciendo fortuna en torno a las grandes ciudades y especialmente en la capital.
El matrimonio tuvo nueve hijos, cinco varones y cuatro mujeres a lo largo de veinte años.
Mantuvieron amplias relaciones familiares y con personas influyentes de la sociedad local.
[3] Primero se instalaron en Málaga y entre 1767 y 1771 en Vélez-Málaga, donde su marido tenía negocios en relación con las frutas, especialmente cítricos, de los que más tarde ella se haría cargo tras la muerte de este en 1782.
[1] La obra está escrita en un lenguaje sencillo que se aleja de las enrevesadas fórmulas del ensayo que se estilaban por aquel entonces, siendo ella misma quien, varias veces, lo advierte a lo largo de su obra.
Su traducción y obra pasaron desapercibidas y se han recuperado recientemente, cuando el análisis de su texto ha permitido ver la relevancia que éste pudo tener en el pensamiento feminista de su época.
[1] El texto está escrito en primera persona y este hecho sirve para apoyar sus argumentos ya que les da validez por su propia experiencia.
[1] El eco que tuvo La apología en sus contemporáneos fue mínimo, al menos en letra impresa.
De hecho, posteriores traductores del Rasselas en 1813, 1831 y 1860 no la mencionaron.