Incendio de Montería

En la década de 1930 el partido conservador tenía cincuenta años en el poder, lo que había generado ansiedad en los dirigentes liberales, dispuestos a recuperar las riendas del país.

De modo que los dirigentes liberales pensaron en proclamar candidato por esa colectividad al por entonces embajador en Washington Enrique Olaya Herrera.

Enrique Olaya Herrera recibió a un país monopolizado por el conservatismo: Congreso, Corte Suprema y las fuerzas del orden.

Los liberales compraron cinta roja con los mismos fines y, además, adquirieron otra azul que mantendrían escondida para confundirse entre los conservadores, en caso de enfrentamiento.

Hacia el mediodía los liberales, sabiendo que habían ganado las elecciones locales, emprendieron una marcha victoriosa por la Carrera Segunda, pero fueron atacados por francotiradores conservadores apostados en la Catedral de Montería.