Helicópteros y equipos especializados fueron movilizados, aunque su uso dependía de la seguridad para los pilotos, debido a las condiciones peligrosas en la zona.
Además, cultivos como hortalizas y café sufrieron graves daños, afectando la producción alimentaria del país.
[1] Las provincias de Sucumbíos y Orellana son las únicas en las que no se han registrado incendios forestales.
Las llamas avanzaron rápidamente debido a las condiciones climáticas adversas y la vegetación seca de la zona, lo que generó preocupación entre los residentes locales.
Las condiciones del terreno y el clima dificultaron las labores, aunque no se reportaron víctimas en el momento.