La indapamida es una molécula con actividad diurética, que pertenece a la familia de las sulfonamidas.
Los diuréticos similares a la tiazida (indapamida y clortalidona) reducen el riesgo de acontecimientos cardiovasculares graves e insuficiencia cardiaca en pacientes hipertensos en comparación con la hidroclorotiazida, con una incidencia comparable de efectos adversos.
Tras la administración oral, la indapamida se absorbe rápidamente y casi completamente en el tracto gastrointestinal.
La concentración plasmática máxima (Cmax) se alcanza aproximadamente dos horas después de la ingestión.
La indapamida se une predominantemente y reversiblemente a los eritrocitos de la sangre periférica.
El mecanismo de acción del fármaco aún no se ha dilucidado por completo.
Está indicado para tratar la hipertensión y el edema debido a la insuficiencia cardiaca congestiva, cirrosis hepática, deterioro de la función renal, así como en la terapia con corticosteroides o estrógenos.
Se ha demostrado que la indapamida reduce las tasas de accidente cerebrovascular en personas con hipertensión.
Durante el tratamiento pueden aparecer trastornos gastrointestinales (dispepsia, pérdida de apetito, boca seca, náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea) y neurológicos (dolor de cabeza, mareos, fatiga, insomnio, inquietud, ansiedad y agitación).
También son frecuentes los trastornos cardiovasculares ( hipotensión, síncope,[15] palpitaciones, palpitaciones cardíacas, cambios electrocardiográficos,[16] prolongación del intervalo QT,[17][18][19] arritmias),[20][21] trastornos endocrinos y metabólicos (hiperparatiroidismo, [22] hiperglucemia a veces asociada a glucosuria, hipercalcemia, hiponatremia,[23][24][25][26][27] hipocalemia[28][29][30] con calambres musculares a veces e hiperuricemia que pueden precipitar ataques de gota).
[31][32] Se han reportado hipersensibilidad y trastornos relacionados con la piel como picor, erupción cutánea, urticaria, dermatitis alérgica, eczema, erupciones cutáneas,[33] lesiones pigmentadas,[34] pénfigo foliáceo,[35][36] necrólisis epidérmica tóxica,[37][38] síndrome de Stevens-Johnson.
Además, en pacientes con hiperuricemia conocida, se deben controlar los niveles de ácido úrico.
Hasta la fecha, los estudios realizados en animales no han puesto de manifiesto efectos teratogénicos.
Se recomienda precaución al combinar indapamida con litio y medicamentos que prolonguen el intervalo QT (señalado en el electrocardiograma) o provoquen arritmias de ondas (por ejemplo, astemizol, bepridil, eritromicina IV, halofantrina, pentamidina, sultoprida, terfenadina y vincamina).
Los síntomas de sobredosificación serían los asociados a un efecto diurético (es decir, alteraciones electrolíticas), como hipotensión arterial y debilidad muscular.
El tratamiento debe ser sintomático y estar dirigido a corregir las anomalías electrolíticas.