Infierno, canto séptimo

El canto inicia en modo siniestro con la amenazante invocación de Pluto "Pape Satàn, pape Satàn aleppe"(Padre Satán, padre Satán cuidado), interrumpida por Virgilio que, después de haber confortado a Dante, hace callar el monstruo (que viene descrito en menos de un verso) con una variante del "Vuolsi così colà dove si puote".

Esta frase, usada ya otras dos veces (con Caronte y Minos) el poeta hará que no la use más Virgilio para no hacer decaer el dramatismo de los obstáculos infernales evitando de ahora en adelante este paradigmático passe-partout.

Parafraseando con mucha aproximación a las palabras actuales sería quizás así: "Nadie tendría más fantasía que la justicia divina en el elegir y asignar las penas".

Dante no pregunta de qué pecadores se trata, quizás lo intuyó por el grito, pero dirigiéndose a Virgilio le pregunta si todas las personas con la tonsura que ve a la izquierda son clérigos.

En todo caso el significado del pecado es ligeramente más amplio del sentido que generalmente se atribuye hoy en día a esta palabra: no es solo tacañería, sino avidez, rapacidad de dinero, riqueza y poder en general.

Un acusación así de directa y grave podía ser formulada por el poeta desde lo alto de su firmeza en la fe católica y en conformidad con la alta consideración que él alimentaba por la misión sacerdotal.

El contrapaso de estos condenados no está muy claro, aunque se puede interpretar por analogía, como nacido del hecho que ellos se dejaron vencer por los bienes terrenales a los cuales en vida dieron la máxima prioridad: en el Infierno por lo tanto ellos son obligados a la inútil ronda empujando eternamente materia inerte, símbolo de la inutilidad de sus acciones.

Dante pregunta a Virgilio si puede reconocer a alguno entre estos pecadores (como ya hizo en los círculos anteriores) pero su maestro le responde como eso es imposible, ya que estos espíritus son tan oscuros como contrapaso de su vida deforme.

Por primera vez en este canto encontramos una ruptura del esquema grupo-canto, es decir la segmentación poética no corresponde más a esa de los círculos infernales.

Caminando, los dos poetas llegan a los pies de una torre, pero en este punto el canto se interrumpe.

El octavo canto se abre cuando Dante y Virgilio todavía no están debajo de la torre.

Canto séptimo, los avaros y los pródigos, ilustración de Paul Gustave Doré
Canto séptimo, Pluto, ilustración de Paul Gustave Doré
Avaros y pródigos, ilustración de Giovanni Stradano (1587)
Priamo della Quercia , ilustración del Canto VII
Canto séptimo, los iracundos, ilustración de Paul Gustave Doré