Ergo, las contingencias se consideran conformadas por un contexto social verbal, a partir de allí, se postulan los procedimientos como una alternativa contextual operante al uso de técnicas con fundamento cognitivista y constructivista.
Este grupo de tecnologías se bifurca en dos líneas: una proveniente del aprendizaje social y otra más disímil por lo ecléctica, que suele abarcarse con el nombre de variantes conductual-cognitivas y cognitivo-conductuales.
Bandura y Walters destacan que puede haber aprendizaje por observación sin necesidad de refuerzo directo, planteado como hipótesis que el refuerzo al modelo (vicario) es el proceso principal, lo cual lleva a postular variables mediadoras alternas a la expectancia (memoria, percepción, etc.) entre las operaciones de aprendizaje y la ejecución física de la conducta del sujeto que observa.
La variante del condicionamiento encubierto consiste en aparear sistemáticamente estímulos reales como imaginativos a fin de fortalecer o debilitar respuestas, según las necesidades terapéuticas.
Parecido es el modelo de entrenamiento autoinstruccional, que privilegia el discurso interno como autoguía para mejorar la interacción individual.
Otros manejan enfoques de "reestructuración cognitiva", consistentes en eliminar las ideas irracionales evaluando su lógica errónea y sustituyéndola por otra mejor.
Algunos prefieren una terapia multimodal "personalista" que adapte la técnica al caso específico sin importar si su sustento básico es conductual o no.
Y finalmente, otros acuden al clásico modelo psiquiátrico añadiéndole controles más rigurosos.
A tal punto se manifiesta esa celeridad que hay varios recambios en la conceptualización de las variantes más heterodoxas, como lo muestra la conversión de destacados terapeutas cognitivo-conductuales en adeptos al constructivismo, declarando como "asociacionistas" a las aproximaciones anteriores y acercándose todavía más al mentalismo.
Aquellas que, mediante su presentación adjunta a otras (estimulación suplementaria), facilitan conseguir respuestas deseables que normalmente no emitiría el individuo con la sola aplicación de los anteriores y posteriores grupos de procedimientos.
Utilizan procedimientos respondientes y operantes (sobre todo estos últimos) combinados para llegar a objetivos complejos.