Somos, esencialmente, Mónadas, chispas de Dios, demostrando divinidad en nuestro pequeño nivel individual.
Es sorprendente en su belleza, su complejidad, su lógica, en la oportunidad también para el cambio creativo, porque no es una cosa mecánica fija sino un proceso vivo extraordinariamente hermoso.
Como tal, la Ley de Causa y Efecto debe considerarse en última instancia una ley benéfica, si no divina.v Es importante tener en cuenta que la idea del karma es muy antigua, y se remonta a los jainistas.
Se considera que el karma: 1) se gana; 2) es bueno y malo en calidad; 3) pertenece a la Ley de Causa y Efecto (o la Ley de Acción y Reacción) que impregna el universo y asegura que las cualidades latentes en cualquier individuo, grupo, nación o especie aparezcan; y 4) dejar un residuo (es decir, partículas de karmon) tanto en el alma como en cualquier vehículo físico temporal que habite el ego evolutivo, asegurando así que ciertos tipos de experiencias sean atraídas repetidamente a la vida de un individuo (o en un lugar, por ejemplo, donde ocurren traumas repetidos).
Es importante tener en cuenta que la idea del karma es muy antigua y se remonta a los jainistas.
Se considera que el karma: 1) se gana; 2) es bueno y malo en calidad; 3) pertenece a la Ley de Causa y Efecto (o la Ley de Acción y Reacción) que impregna el universo y asegura que aparezcan las cualidades latentes en cualquier individuo, grupo, nación o especie; y 4) dejar un residuo (i. e. partículas de karmon) tanto en el alma como en cualquier vehículo físico temporal que habite el ego evolutivo, asegurando así que ciertos tipos de experiencias sean atraídas repetidamente a la vida de un individuo (o en un lugar, por ejemplo, donde ocurren traumas repetidos).