Desde entonces, el flujo de personas entre Siria y Venezuela ha sido constante.
Se han unido a los aproximadamente 500 000 inmigrantes anteriores y sus descendientes, reforzando la cultura árabe entre la antigua comunidad siria que había sido casi totalmente asimilada.
[4] Posteriormente, algunos miembros de la comunidad sirio-venezolana han migrado a Siria, principalmente a la ciudad de Sweida, la cual es conocida como la «pequeña Venezuela».
[5] La mayoría de los sirio-venezolanos son drusos, católicos y ortodoxos.
Existen también comunidades musulmanas y judías (mizrajíes) que hacen vida en el país.