Innovación financiera

Entre las innovaciones financieras más recientes figuran los fondos de cobertura, el capital riesgo, los derivados meteorológicos, los productos estructurados minoristas, los fondos cotizados en bolsa, las oficinas multifamiliares y los bonos islámicos (Sukuk).

Estas imperfecciones incluyen asimetrías de información, selección adversa y problemas de agencia,[4]​ mercados incompletos,[5]​ regulación e impuestos[6]​ y otras fricciones que limitan la capacidad de los participantes en el mercado para maximizar la utilidad y que necesitan innovaciones financieras para reducirse.

[5]​ Paralelamente al teorema M&M, los trabajos de Markowitz sobre la modelización del riesgo, Eugene Fama sobre los mercados financieros eficientes, William F. Sharpe sobre la cuantificación del valor de un activo y Black, Scholes y Merton sobre el valor del riesgo allanaron el camino para que surgieran las innovaciones financieras.

[8]​ Los tecnólogos industriales han llegado a la conclusión de que ambos elementos (push y pull) son relevantes.

Sin embargo, Richard Roll argumentó que este modelo era incorrecto, porque los inversores no pueden invertir en todo el mercado.

Si el mundo existiera como plantea el modelo Arrow-Debreu, no habría necesidad de innovación financiera.

Los inversores pueden combinar estos valores para crear carteras con la rentabilidad que deseen.

En estas circunstancias, descubren que la división tradicional de los flujos de caja entre deuda y acciones no es óptima y que se prefieren los valores contingentes al estado.

Ross (1989) desarrolla un modelo en el que los nuevos productos financieros deben superar los costes de comercialización y distribución.

Los costes fijos de crear mercados líquidos para nuevos instrumentos financieros parecen ser considerables.

Los economistas, en lugar de actuar como una cámara que toma una imagen objetiva del funcionamiento del mundo, cambian activamente el comportamiento proporcionando fórmulas que permiten a los agentes dispersos acordar los precios de los nuevos activos.

[11]​ Miller (1986) hizo gran hincapié en el papel de los impuestos y la regulación gubernamental para estimular la innovación financiera.

Algunos inversores utilizan swaps de rentabilidad total para convertir los dividendos en plusvalías, que tributan a un tipo más bajo.

[19]​ La primera ayuda a los inversores sin experiencia a adquirir pericia y conocimientos, por ejemplo, mediante el copy trading, que les permite imitar las carteras de los operadores con mejores resultados (por ejemplo, eToro, Estimize, Stocktwits).

La segunda opción permite a los inversores con unos conocimientos técnicos mínimos crear, realizar pruebas retrospectivas y aplicar algoritmos de negociación, que luego pueden compartir con otros (Streak, Quantopian & Zipline, Numerai).

[20]​ Estas soluciones, proporcionadas en su mayoría por FinTechs, son las formas más sencillas y rápidas de optimizar los rendimientos.

[23]​ Según la teoría tradicional de innovación-crecimiento, las innovaciones financieras contribuyen a aumentar la calidad y diversidad de los servicios bancarios, permiten compartir el riesgo, completan el mercado y, en definitiva, mejoran la eficiencia asignativa.

Así pues, se concentra en los aspectos positivos de la innovación financiera.