Sin embargo, las cosas comienzan a salir mal cuando Tony el Gordo y sus secuaces, incluyendo a Frankie el Soplón y a Johnny Labios Sellados, se llevan el violín de Sophie, después de que Krusty se lo apostase en una partida de póker.
Así, Sophie pierde su fe y admiración por Krusty, por lo que el payaso decide ir con Homer a la mansión de Tony para recuperar el querido violín de su hija.
En ningún momento el programa se vuelve pésimo, pero carece de risas genuinas.
Él declaró que este y "A Tale of Two Springfields" (la cual se estrenó la misma noche en Australia) fueron "tan surreales que podrían tener a Salvador Dalí rascándose la cabeza".
[3] The Daily Telegraph declaró, "El episodio se pierde en un cenagal de estrellas invitadas.
El libreto parece estar diseñado sólo para encajar muchos grandes nombres dentro de lo posible.