[3][4] La institución ocupó el llamado palacio Rosenberg, así como la capilla gótica de Todos los Santos.
[6] El nuevo edificio contaba con sala capitular, habitaciones para las canonesas en el primer y segundo piso, así como un apartamento para la abadesa.
Así mismo existían los cargos de decana, subdecana, primer y segunda asistente, que siempre ocupaban damas canonesas.
[10] Tanto la abadesa como las canonesas, debían abandonar su beneficio en el momento de contraer matrimonio.
Entre sus cargos se encontraban un confesor, un capellán, un administrador-archivero, un secretario, un protocolista, un médico, un cirujano.