En 2012, el IWMI recibió el prestigioso Premio del agua de Estocolmo otorgado por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo por su investigación pionera, que ha ayudado a mejorar la gestión del agua para la agricultura, potenciar la seguridad alimentaria, proteger la salud ambiental y aliviar la pobreza en los países en desarrollo.
[2] Aunque inicialmente encontró resistencia, la PIM pasó a convertirse en el statu quo para los gobiernos y las principales agencias de crédito.
[3] Ver el riego de forma aislada ya no era relevante para la situación global.
Aunque se estaba haciendo evidente que el agua ya no podía ser considerada un "recurso infinito", como había sido el caso en la década de 1950 cuando había menos gente en el planeta, nadie sabía cuán escaso era el recurso.
incluyó un capítulo sobre la gestión del agua en su evaluación State of the World 2008 e informes publicados en 2009 por el Foro Económico Mundial y la UNESCO concluyeron que la escasez de agua era una amenaza mayor que la crisis financiera mundial.
En 2011, IWMI celebró su 25 aniversario encargando una serie de ensayos sobre agricultura y desarrollo.
La situación surgió porque los subsidios permitieron a los agricultores bombear agua subterránea fácilmente desde profundidades cada vez mayores, y porque no se pagaba a las empresas el coste de la electricidad que producían.
Tanto el Banco Asiático de Desarrollo como el Banco Mundial indicaron que los gobiernos debían reducir los subsidios a la electricidad y cobrar a los agricultores en función del consumo de energía medido por un contador.
Sin embargo, cuando algunos gobiernos estatales intentaron hacerlo, los agricultores formaron grupos de presión tan poderosos que varios ministros en jefe perdieron sus escaños.