Integración de ruta

Charles Darwin inicialmente postuló en 1873 un sistema de navegación en animales basado en la inercia.

[1]​ Los estudios empezados a mediados del siglo XX confirmaron que los animales podían regresar directamente a un punto de partida, como un nido, en ausencia de visión y habiendo emprendido un complicado viaje hacia el exterior.

Esto muestra que pueden utilizar pistas o indicios para llevar un seguimiento de la distancia y dirección a fin de estimar su posición; y por ende, para cómo llegar a casa.

Otras pistas son probablemente la propriocepción (información procedente de músculos y articulaciones sobre la posición de las extremidades), la eferencia motora (información procedente del sistema motor que le indica al resto del cerebro cuáles movimientos fueron ordenados y ejecutados), y el flujo óptico (información del sistema visual que indica cuán rápido se está moviendo el mundo visual a través de los ojos).

Por otra parte, la sensibilidad al campo magnético de la tierra en los animales subterráneos (p.

La integración de ruta suma los vectores de distancia y dirección recorridos desde un punto de inicio a fin de estimar la posición actual, y por tanto, el camino de regreso al inicio.