Interdicción lingüística es un impedimento psicológico para la utilización de ciertas palabras consideradas tabués debido a factores de tipo social, cultural o existencial, ya que esas palabras provocan asociaciones mentales ingratas, vulgares o socialmente incorrectas y en consecuencia se tiende a sustituirlas o suavizarlas por otra palabra neutral a la que se le denomina eufemismo.
Asimismo, en japonés, el número cuatro (shi) se considera tabú por ser homófono de la palabra muerte.
El término empleado en las lenguas germánicas (en alemán: Bär; en inglés: bear; en sueco: björn) se ha atribuido tradicionalmente a *bʰerH- («marrón»),[1][2] aunque en tiempos recientes se ha disputado este origen; por ejemplo, Ringe propone *ǵʰwḗr- ~ *ǵʰwér («bestia», «animal salvaje»).
[4] En el español de Andalucía, «serpiente» o «culebra» son palabras tabú que generalmente se sustituyen por «bicha».
[5] La expresión coloquial «mentar la bicha» significa decir el nombre real de la serpiente, o por extensión mencionar algo que trae mala suerte.